viernes, 18 de julio de 2008

Rudolphy apuesta por partida doble


Álvaro Rudolphy (44) está entusiasmado. En un par de meses debutará por partida doble. El proyecto más personal para él, Escape libre, su primer monólogo, se estrenará el miércoles 23 (funciones viernes y sábados, a las 22.30 horas) en el Teatro Mori de Bellavista. El otro desafío es colectivo, pero igulamente nuevo: la tercera semana de septiembre debutará con la ópera El rapto en el Serrallo, de Mozart, en la sala Fresno, del Centro de Extensión de la Universidad Católica.

Rudolphy mueve las manos y sus ideas se agolpan. Se toma el pelo y frunce el ceño cuando recuerda episodios ingratos del último tiempo. Pero luego hace la pausa, se relaja y se ríe. Saca a relucir su humor negro. "Me he dado gustos en el último tiempo, pero también he tenido disgustos", reconoce. También luce más delgado y cuenta que a su edad ya no se puede "dejar estar" y que trata de cumplir con una rutina diaria de ejercicios físicos.

La idea de hacer su monólogo era algo que venía anunciando hace tiempo. ¿Por qué se fue retrasando su estreno?

Principalmente porque tenía la esperanza de que lo hiciera otro actor y no yo. Quería acotar mi trabajo a escribir y dirigir la obra, pero no encontré colegas que la interpretaran.

¿Por qué?
Creo que nadie quiso entrar en un personaje con un nivel de esquizofrenia tal como el que hice para Escape libre, con una vida plagada de emociones fuertes, de alegrías y penas profundas, de frustraciones y mucha rabia.

Pocos actores se atreven con un monólgo. Héctor Noguera es uno de ellos.
Claro, es que hacer un monólogo no es nada de fácil, en especial éste, que se diferencia de otros porque hay otro personaje en escena, secundario, pero que tiene su rol. Ella (Valentina Moyano) hace el enlace de las historias de este personaje. Es una ilación musicalizada, de hecho ella es cantante, que vincula con el canto el pasado con el presente.

¿Y a qué actores les propuso hacer la obra?
A Pancho Melo, Pancho Pérez-Bannen y Felipe Castro. Fue curiosa la respuesta. Me decían que este tipo atormentado debía hacerlo yo, pero que ellos sí podían dirigirme. Pero no me convencieron, y como ninguno me pescó, decidí hacerlo yo.

Parece su apuesta más personal.
Sí, me tiré a la piscina. Es una obra muy mía, lo que no significa que lo expuesto en el escenario sea mi historia de vida. Sí es mi mirada ante la vida y hay anécdotas o guiños personales que inspiraron la historia del personaje.

¿Como cuáles?
Cuando di mi primer beso, mi polola de entonces me dio las instrucciones de cómo besar. Yo en esos años no tenía idea de cómo hacerlo. A partir de esa anécdota tan personal, la transformé para escribir la obra.

Usted es pudoroso. ¿Cómo manejó esa sensación ante una obra tan suya?

Tenía pudor, y mucho. Es que soy muy pudoroso y por eso no me atrevía a hacerlo y les ofrecí el monólogo a otros actores.

Un monólogo exige rigor y disciplina, porque, todo depende de una sola persona. Para bien y para mal.
Exacto. Porque si tengo ensayo en la mañana y me quedo pegado en la cama, porque tengo sueño o frío, la obra no va a funcionar. Toda la responsabilidad recae en mí. Pero me he entregado por completo en todo: en el texto, en la dirección y en la interpretación del personaje. Llego con dos meses de preparación, ensayo en el teatro, en mi casa y hasta en el auto, mientras manejo.

¿Qué expectativas tiene frente al estreno? ¿Le importan las críticas?
Tenía la necesidad de hacer la obra, me di un gusto. Así es que cómo le vaya es algo que escapa de mis manos. Me pueden aplaudir o hacer bolsa, y tengo que estar preparado.


En la ópera

Luego tendrá otro estreno, con la ópera El rapto en el Serrallo, de Mozart. ¿Cómo van los preparativos?
Esto de actuar en una ópera es totalmente nuevo, aunque yo actúo y no canto. Estoy feliz, de a poco he iniciado los ensayos con los líricos y me he ido metiendo en este mundo, para mí desconocido, de la ópera.

¿Le sorprendió que lo hayan considerado para ese montaje?

Sí, incluso me asusté cuando me llamó la directora Miryam Singer. Pensaba que me quería hacer cantar, pero al entender mi rol, me tranquilicé y lo acepté con agrado. Es algo parecido a Escape libre, una apuesta que no podía dejar pasar. Quiero hacer cosas nuevas, aprender y entretenerme también.

¿Y escucha ópera?

No, pero sí música clásica. No pertenezco al Club de Amigos del Municipal ni nada parecido, pero ahora sí me ha interesado este mundo, que es muy interesante y atractivo. La ópera tiene un encanto muy particular, y lo descubrí con este trabajo y hablando con los líricos.

¿De qué trata su personaje en El rapto del Serrallo?

Mi personaje es Selim, el único que está asignado a un actor y no a un lírico. Es un señor feudal turco, dueño de extensos dominios en Turquía y que tenía su harén. El compra a una niña española en un mercado pirata y se enamora de ella. Por lo mismo, decide conquistar su amor en vez de obligarla a ser parte de sus mujeres.


Entre polémicas

Me imagino que ha visto El señor de la Querencia.

No. La verdad es que no he tenido el tiempo. He tenido muchos compromisos y trabajo, llego tarde a la casa.

¿Pero sabe que lidera el rating, incluso que marca más que Alguien te mira?

No, Alguien te mira se veía más, es insuperable (risas). Bueno, me alegra mucho que sea del gusto del público y bien recibida.

¿Qué villano es más perverso: el suyo en Alguien te mira o el de Julio Milostich?

El mío era más perverso, frío, calculador, intelectualemente muy perverso. José Luis Echenique, en cambio, es visceral, no planifica sus actos, sino que actúa por instinto. Son maldades distintas, no sé cuál es peor.

Al gobierno no le ha caído en gracia la telenovela. El ministro José Antonio Viera-Gallo criticó su excesiva violencia, tal como lo hizo el año pasado con Alguien te mira. ¿Qué opina?

No hacemos una apología a la violencia ni nada parecido. Creo que la teleserie provoca lo contrario, que el público vea lo horrendo que es y la evite en todos los ámbitos. No creo que la violencia de ficción de una teleserie incite a que la gente sea más violenta. Y si queremos erradicarla de nuestra sociedad, tenemos que educar mejor, ser mejores personas, inculcar más valores en los niños. Creo que cualquier persona sensata sabe diferenciar realidad de ficción, aunque parece que algunas autoridades no.

¿Cómo se ha tomado que ahora sea Julio Milostich y no usted el foco de atención de la teleserie nocturna de TVN?

Para mí ha sido un alivio y un relajo estar en un producto exitoso, pero sin ser el chivo expiatorio del fenómeno y, por lo mismo, estar en boca de todos. Ahora le tocó a Julio, que por ser la primera vez está un poco agotado.

Cambiando de tema, resultó llamativa su incursión como animador de eventos en discotecas. ¿Qué pensó al verse en la portada de un diario en una sugerente foto?

Fue una manera equívoca de la prensa de tratar el tema, un error en el tratamiento de esa información sobre mí, que por lo demás no tiene nada de malo. Casi todos lo hacen.

¿No teme desperfilarse?

No hay nada que temer cuando uno hace las cosas bien. Uno teme cuando ha cometido un error, y yo no me he equivocado en nada.

Fuente : Glamorama
Fotos : Glamorama



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