domingo, 29 de junio de 2008

Los secretos que guarda la casa de las teleseries



Es fácil llegar. Si uno pregunta, todos saben dar las indicaciones. Entre los habitantes de Colina, el lugar es conocido y ya forma parte del anecdotario local. No es para menos. Hace 20 años que Televisión Nacional utiliza el Fundo San Miguel de Colina como escenario para algunas de sus teleseries y las camionetas con el logo del canal y los actores y técnicos que van y vienen ya son casi un lugar común en el sector.

La última teleserie que se grabó ahí fue El señor de La Querencia. Hasta ahí llegaron Alvaro Rudolphy, Sigrid Alegría y Julio Milostich, entre otros, para utilizarlo como escenario del Chile campesino de los años 20. En el elenco cuentan que la locación y lo reducido del elenco se prestó para que se formara un grupo más unido de lo habitual entre los actores, porque se pasaban todo el día durante la semana juntos, compartiendo en el lugar. Además, ahí se grababa casi la totalidad de la producción, que a diferencia de otras oportunidades, no recurrió a la construcción de una ciudad hecha especialmente para la ocasión, sino que aprovechó la casona colonial que ya está ahí como escenario principal. Así, la casa patronal, el establo, el granero, la modesta vivienda donde se instaló Manuel (Rudolphy) a explotar sus tierras heredadas y los jardines que sirven como telón de fondo para los enredos de los personajes, están todos juntos en el terreno del fundo. Unos al lado de los otros, separados por escasos metros.

Pero lo que no se ve en pantalla es que a algunos pasos de la vivienda que habita el personaje de Alvaro Rudolphy, todavía está la mayor parte de El Edén, el pueblo ficticio que en 1999 se construyó para grabar la teleserie Aquelarre, que también protagonizaron Rudolphy y Sigrid Alegría. O que justo al lado de la casa de remolienda adonde van los habitantes de La Querencia están construidas la perfumería de la teleserie sobre un pueblo donde nacían sólo mujeres y el Quitallantos, el bar a donde acudían los personajes de Pecadores (2003), otra de las teleseries que se grabaron en este lugar. Hasta la misma vaca que ordeñaba El Toro Mardones (Francisco Pérez Bannen) en Aquelarre todavía circula por el terreno.

Incluso el reciclaje de locaciones no se descarta. En TVN cuentan que lo que ahora se ve como el establo de los caballos de El señor de La Querencia, antes fue el mercado tanto en Aquelarre como en Pecadores. Y el camino de tierra con árboles a los costados que lleva a la casona del fundo, ha aparecido desde distintos ángulos y con los cambios que la naturaleza le ha puesto con los años, en todas las producciones.

Además, en ese sector convive la realidad con la ficción, porque Manuel "vive" en el mismo edificio donde está el vivero del fundo, donde usualmente venden plantas y flores, y que para las grabaciones tenía que quitar los letreros, para que no se vieran. Y aunque la mayoría de los set se mantienen en pie, igual hay algunos que ya no existen, como la iglesia de Pecadores, que fue desmontada.

De época

Pero esas son sólo las producciones más recientes que se han ambientado en el lugar. En 1988, la casa patronal sirvió como escenario para la telenovela Las dos caras del amor, protagonizada por Silvia Piñeiro y donde el fundo se rebautizó como El Peralillo. Y un año después, el canal estatal inauguró su sistema de construir pueblos ficticios para las producciones dramáticas con A la sombra del ángel. Para esa ocasión, en San Miguel de Colina se armó la localidad de Alto Pinar, que servía como escenario para la primera parte de la telenovela, que transcurría en tres épocas distintas y que narraba la historia de amor de una pareja que se extendía a través de los años. "Estábamos empezando a ponernos los pantalones largos para las teleseries. Fue un buen salto, porque era una producción más grande, de época", cuenta Ricardo Vicuña, actual director de Mala conducta (Chilevisión) y que se encargó de dirigir la primera mitad de A la sombra del ángel.

"Era bien bonito y armaron el pueblo entero al estilo de los años 40", recuerda Remigio Remedy, protagonista de esa historia. El actor recuerda que "era mi primera teleserie, no sabía dónde estaba parado". Y agrega: "Terminábamos todos empolvados y yo tenía que andar vestido de lino blanco". El actor también cuenta que en esa época las cosas no estaban tan conectadas como ahora. Porque, asegura, en esos años, el equipo se comunicaba con Santiago a través del único productor que tenía un celular. "Era una maleta cuadrada con el teléfono arriba que se ponía arriba y tenía una antena. Pesaba como 10 kilos y tenía que andar con él para todas partes", dice entre risas.

Ricardo Vicuña apunta que para esa teleserie estaban buscando una localidad cerca de Santiago, que "fuera rural, tuviera construcciones, que no tuviera ruido, pero que quedara cerca de la ciudad". Y agrega que el fundo "cumplía todas las condiciones y tenía una casona antigua, una aborleda a la entrada y se podía construir, porque tenía amplios espacios". Esas ventajas que Vicuña junto a la histórica productora de la red estatal Sonia Fuchs encontraron en el lugar, son los mismos argumentos que por estos días dan en TVN para explicar por qué lo siguen utilizando. Otros factores son la luz que se consigue en el lugar y que resulta muy tranquilo, por lo que pueden filmar en calma y sin interrupciones. El mismo director revela las primeras dificultades que tuvieron en el proyecto en esos años. "Lo más difícil era manejar los detalles finales, porque como se construye sobre la nada, las casas quedan juntas y las junturas, las soleras, todo, queda más falso. Entonces hay que tener cuidado cuando se graba. Y todo hay que envejecerlo para que parezca auténtico".

Pero esas no son las únicas producciones que han grabado escenas en el lugar. Secreto de familia (1986, Canal 13), que protagonizaron Walter Kliche, Mares González, Patricia Rivadeneira y Claudia Di Girólamo, también registró imágenes en el lugar y películas como El desquite, de Andrés Wood, con Tamara Acosta y Willy Semler, también lo ocuparon como escenario para algunos segmentos. Incluso, a pesar de que la locación oficial figura en Los Andes, en el lugar cuentan que uno de los portones del fundo fueron utilizados para unas escenas de La Quintrala (1986), que protagonizó Raquel Argandoña y dirigió Vicente Sabatini.

Vida de campo

El frío es el denominador común que mencionan los actores al hablar del Fundo San Miguel de Colina como locación. "Es muy bonito, pero hace mucho frío en invierno", resume Paola Volpato, que ha grabado ahí para más de una producción. Para hacerle frente al frío, todo vale. En el elenco cuentan que las actrices recurren a ponerse capas debajo del vestuario oficial para no sufrir demasiado. Alejandra Fosalba revela que ella y Mónica Godoy reclutaron la ayuda de las vestuaristas para no congelarse al usar los vestidos de temporera que les tocó ponerse en Aquelarre. "Las dos éramos las más friolentas de todos. Entonces en vestuario se apiadaron de nosotras y nos mandaron a hacer unos enteritos para ponernos debajo de los vestidos, y así estábamos más abrigadas. Claro que ir al baño era un suplicio, pero se superaba", recuerda.

TVN se traslada con equipo completo hasta Colina. En la casa colonial del lugar habilitan una sala de vestuario y otra de maquillaje, además de un estar para los actores, que en invierno, cuentan, tiene la ventaja de estar calefaccionado y que tiene un televisor para hacer las esperas menos tediosas. Además, el servicio de catering está disponible durante todo el día, lo que Fosalba cuenta "tiene su lado bueno y su lado malo, porque podemos comer todo el día".

Una queja común es que las jornadas que se pasan en esa locación son más largas. Los actores son citados generalmente a las 7:30 horas, para poder organizarse, subirse a las camionetas que los llevarán al lugar y estar a tiempo. "Nos vamos todos durmiendo, pero al final es una doble despertada: para ir al canal y para cuando uno llega allá", cuenta entre risas Fosalba. El final del día también resulta más extenso, porque generalmente el regreso coincide con la hora del taco.

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